Hay una creencia generalizada de que todas las grasas son malas, y esto no es cierto. Si las elimináramos por completo de nuestro cuerpo, no solo perderíamos peso, sino también salud.

 Al hacer dietas, que prácticamente no incorporan calorías y se basan nada más que en fibras, con apenas algunas verduras y pocas legumbres, se baja de peso pero a expensas de disminuir todos los tejidos de nuestro organismo.

 Hoy, sabemos que lo saludable es abandonar los hidratos e incorporar las grasas esenciales que casi no comemos. Buenas para nuestra estructura corporal y para obtener energía, sino que también nos ayudan a perder peso.

 Esto es posible porque este tipo de grasas mejora la insulino resistencia, y al limpiar y al limpiar y equilibrar los receptores de la insulina, a través del omega 3.Entonces la exclusión en nuestra dieta de los hidratos y al inclusión de las grasas esenciales Omega 3, va a tener como resultado la disminución de la insulina y de la síntesis de grasa y por lo tanto, el adelgazamiento saludable por perdida exclusiva de tejido adiposo y no de masa muscular o ósea.

 Asimismo todos sabemos que si comemos grasa nos saciamos más rápidamente y por más tiempo que si consumimos hidratos. Esto es porque el estomago tarda más en digerirlas, pero además porque producen la energía que cada célula necesita.

 En consecuencia, no sube la insulina, nuestro cerebro no tiene aumentos bruscos de glucosa y se mantiene más sereno y estable, controlando el apetito de una manera más prolongada.

 Por ende, comer grasas saludables y dejar los hidratos produce un mecanismo de saciedad natural, que hace que tengamos el apetito conveniente para dar energía a nuestro cuerpo, pero que de ninguna manera nos volvamos ansiosos y compulsivos por comer en forma insalubre. Ya sabes, si queres mantenerte saludable y en forma: restringir las grasas saludables no es la solución. Elegí una dieta variada y equilibrada. Asesoramiento: Dra Maria Alejandra Rodriguez Zia

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