Se cree que la dificultad para adelgazar está relacionada con el metabolismo. Pero no es el único responsable. Cómo funciona y qué tiene que ver con el sobrepeso
La vida acelerada y moderna, los malos hábitos alimentarios, la escasa actividad física y el consumo de ciertas drogas (tabaco, alcohol) pueden acelerar o enlentecer el metabolismo. Por lo que se podría inferir que este proceso no es el único culpable de los kilos de más.
Mucho se habla de él, siempre está en el banquillo de los acusados y suele ser el mejor chivo expiatorio. Sin embargo, no todos saben cómo funciona el metabolismo y qué rol cumple a la hora de adelgazar.
Consultada al respecto, la doctora María Alejandra Rodríguez Zía, especialista en medicina orthomolecular, señaló que el metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que efectúan las células de los seres vivos con el fin de sintetizar o degradar sustancias. Esos cambios constituyen el proceso de la vida a escala molecular y permiten al organismo hacer todas sus actividades.
“Una correcta alimentación mantiene un metabolismo equilibrado, gastando la energía a medida que la va consumiendo. Cuando existe un desequilibrio, obviamente va a gastar más de lo que consume o menos. Pero, en su estructura, el metabolismo no es modificado”, aclaró la endocrinóloga.
A veces, el sistema metabólico falla y ocurren los llamados trastornos metabólicos. El síndrome metabólico se considera un conjunto de signos y síntomas que abarca la hipercolesterolemia, la diabetes, hipertensión y obesidad y que ya es considerado una pandemia en todo el mundo occidental. Tiene múltiples orígenes, aunque una pequeña proporción es genética.
“Solamente tratando el estrés, la visión del estilo de vida que tiene cada persona, el tiempo que se concede a una actividad física placentera o a un hobby, colabora en revertir el síndrome metabólico por estar tan asociado a los hábitos de vida y al equilibrio mental de la persona”, explicó Rodríguez Zía.
Un metabolismo equilibrado, comienza en el cerebro. “Es nuestro cerebro el que va a determinar el equilibrio o el desequilibrio, según sus motivaciones, cómo responde a los estímulos externos, a los hábitos de vida, su alimentación, su actividad física y su actividad intelectual. Luego, todos los cambios que van a ocurrir en el cuerpo, serán la consecuencia de los hábitos de vida”, detalló la especialista.
Cómo generar buenos hábitos
» Incorporar a las comidas diarias semillas de chía, sésamo, girasol y lino.
» Las semillas se pueden mezclar todas, o algunas de ellas.
» Sirven para acompañar frutas cortadas, ensalada de frutas, tostadas con queso untable, yogur, sopas o ensaladas de verdura.
» La dosis de semillas diaria depende del gusto, tolerancia digestiva y peso corporal. Se recomienda entre cuatro y ocho cucharadas soperas por día.
» Para lograr un vaciamiento lento del estómago, se deben comer las harinas junto con las fibras (pastas o arroz con todo tipo de verduras), optar por panes y galletitas de harinas integrales y sumar semillas a la dieta.
» Para el postre, optar por frutas e ingerirlas luego de la ingesta de fibras.