Si de la atención en consultorio se trata, existe una triste paradoja para los pacientes: por un lado, el médico no tiene tiempo para dedicarle a cada paciente la atención correcta, por otro lado, la rapidez en la consulta atrasa el diagnostico y tratamiento del enfermo.
Con solo observar la agenda del especialista y ver que tiene turnos pautados cada 15 minutos podría inferirse que ese medico no va a dedicarles a sus pacientes el tiempo que cada consulta requiere. Porque bien lo aclara la definición de la palabra paciente que proviene del latín patiens y significa “padecer”, “sufrir”. Quien tiene una enfermedad ya sufre (y se estresa) demasiado como para tener que lidiar con médicos que no sepan comprender su pesar.
Los pacientes que se sientan frente a un profesional con una batería de análisis y estudios busca, además de conocer su diagnostico y saber que tratamiento seguir, una voz pausada que le transmita serenidad, un par de oídos atentos que evacuen sus dudas y un buen olfato que intuya los temores de su paciente para saber diluirlos.
Es muy común que el medico fragmente al paciente, que no lo considere como un “todo”, sino que separa su mente y espíritu de sus manos, pies, corazón, hígado, y así el paciente, cuando es atendido, “deambula” entre consultorios y médicos que lo disgregan y terminan desorientando y muchas veces hasta abandonando.
Médico- paciente entablan una relación humana.
La empatía- capacidad de ponerse en el lugar del otro- es algo innato, pero que también puede ejercitarse a voluntad. Se hace difícil lograr un equipo eficaz en la dupla medico/paciente si el médico no tiene voluntad, y el entrenamiento como para ponerse en los zapatos del otro con cierta rapidez dado que una consulta es algo breve, pero suficiente como para entender al otro desde su propio lugar.
La empatía es esencial para la adherencia del paciente al tratamiento, y conseguir resultados positivos, siendo “el médico el placebo más importante”.
La relación con un paciente tiene como primera condición establecer un lazo de confianza mutuo, es decir, será un equipo, y los resultados dependerán el 50% de cada una de las partes. Por esta razón, el médico debe generar esta confianza, pero también debe de conocer a su paciente y saber cuánto confiara o no en él para que siga las pautas de su tratamiento. El éxito de esta relación es la mejora o cura de una enfermedad, por esta razón, el paciente deberá cumplir ciertas obligaciones para lograr el éxito.
Dialogo, confianza, honestidad, respeto, disponibilidad, hacen el desempeño medico tanto como el diagnostico, remedio o cura: la relación entre el médico y su paciente es fundamental.
¿Qué espera obtener de una consulta?
Sobre la autora: Dra. María Alejandra Rodríguez Zía MN: 70.787
Medica Clínica UBA/Endocrinología UBA