Si bien se suele presentar en la juventud, la incorrectamente llamada “diabetes juvenil” puede aparecer en cualquier momento de la vida y es necesario conocer sus signos para tratarla a tiempo.

En general, la diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos, que afecta a diferentes órganos y tejidos, e incapacita al organismo para utilizar los alimentos adecuadamente. Esta enfermedad crónica se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre. Mientras en la diabetes tipo 1 hay un déficit absoluto de insulina, en la tipo 2, el cuerpo produce insulina pero o no es la suficiente o el cuerpo no puede utilizarla adecuadamente.

El doctor Rubén Gustavo Kliger (MN 67999), médico especialista en Nutrición y experto en Soporte Nutricional del Sanatorio De Los Arcos, detalló que “actualmente 2,5 millones de argentinos tienen esta enfermedad, pero la mitad no lo sabe”.

“Si bien se desconoce su causa exacta, la historia familiar y la genética juegan un papel importante, y los hijos de diabéticos tienen un alto riesgo de desarrollarla”, explicó el especialista, quien destacó que “a su vez los niños, adolescentes o adultos jóvenes la padecen, y cada día 200 chicos menores de 15 años son diagnosticados con diabetes tipo 1 en el mundo”. De ahí que no sea complicado hacer “futurología” y advertir las cifras que alcanzará la enfermedad en unos años, si no se hace nada para revertir la tendencia.

Es necesario estar atentos a sus síntomas ya que puede aparecer en cualquier momento de la vida. Clásicamente se describe una tríada característica como señal de la aparición de diabetes: sed excesiva, orinar frecuentemente y aumento de apetito. La pérdida involuntaria de peso también debe alertarnos sobre la probabilidad de estar ante el inicio de esta en enfermedad. También es probable que el diabético a menudo se sienta cansado porque el cuerpo no puede convertir adecuadamente la glucosa en energía.

“Dado que muchos de estos síntomas parecen inofensivos, es frecuente que los pacientes pasen por alto estas señales y que no se la diagnostique precozmente. Es por ello que se la suele denominar como una enfermedad silenciosa, y a veces puede pasar mucho tiempo antes de que los síntomas o signos comiencen a aparecer”, manifestó Kliger.

Dentro de los riesgos que puede correr el diabético se encuentra la posibilidad de padecer lesiones progresivas en diferentes órganos, como en los ojos, los riñones, el sistema cardiovascular, el sistema neurológico y la piel.

A nivel cardiovascular, se puede observar el aumento de la incidencia de enfermedades vasculares como el infarto agudo de miocardio, el accidente cerebrovascular (ACV) y los trastornos circulatorios sobre todo en miembros inferiores.

Con respecto a complicaciones oculares podemos mencionar glaucoma, cataratas y retinopatía diabética. Esta última puede llevar a la insuficiencia renal, y el compromiso neurológico del sistema nervioso periférico genera complicaciones en la sensibilidad periférica: dolor espontáneo, menor sensibilidad (riesgo de lastimarse sin darse cuenta.

Es muy importante saber que la diabetes 2 puede prevenirse, para lo que es fundamental tener buenos hábitos: practicar actividad física regularmente (por lo menos 150 minutos semanales divididos en un mínimo de tres sesiones) y no aumentar de peso, comer frutas y verduras, no abusar de azúcares ni golosinas.

Vivir con diabetes

Kliger aseguró que “con un buen control del tratamiento, es posible que una persona con diabetes tenga una vida normal y un estilo de vida saludable” y recomendó:

 · La práctica de una actividad física regular: previene y controla una serie de complicaciones como la hipertensión, la hiperglucemia y la sensibilidad a la insulina, la hiperlipemia y se mejoran afecciones como el estreñimiento. Claramente tiene también un impacto en el estado de ánimo del paciente.

 · Mantener hábitos de alimentación adecuados: alimentarse con una dieta balanceada y saludable, y prestar atención especial a los niveles de azúcares y almidón en las comidas.

 · Medir los niveles de azúcar en la sangre: hacerlo unas cuantas veces al día por medio del examen de una muestra de sangre.

 · Administrarse inyecciones de insulina: en el caso del niño, dejar que un adulto le administre las inyecciones o usar una bomba de insulina.

 · Evitar el hábito de fumar.

 Finalmente, aconsejó “mantener visitas regulares al médico para lograr el mejor control posible de la enfermedad y la detección temprana de complicaciones por diabetes tipo 1”.

 “Vivir con esta enfermedad crónica no tiene por qué evitar que quien la tiene lleve adelante una vida normal. Para ello es necesario llevar el tratamiento adecuado de la enfermedad y el seguimiento responsable de estos pasos”, insistió el especialista.

 Causas físicas y emocionales de la diabetes

 La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune, en la que las células de la inmunidad “atacan” al páncreas, que es el órgano que produce insulina. Mientras que la tipo 2, o diabetes del adulto, es la más frecuente de observar como complicación de la obesidad visceral. Por consiguiente, es la que los médicos y pacientes pueden llegar a prevenir.

 “Respecto de esto, podemos decir que la obesidad y la sobrealimentación son las causas más habituales de diabetes. Luego de varios años de desbordes alimentarios, se desencadena la enfermedad por haber exigido por demás al páncreas”, explicó la doctora María Alejandra Rodríguez Zía (MN 70787), médica clínica y endocrinóloga, quien sintetizó que “como la distancia entre el exceso de peso y la diabetes suele ser estrecha, se creó un nuevo término que unifica las dos patologías: la diabesidad, que es la unión de la diabetes tipo 2, o insulino no dependiente, y la obesidad”.

 En este contexto, “está comprobado que las emociones afectan los niveles de glucemia. Por eso, la diabetes originada por las tensiones nerviosas y conflictos emocionales, es la llamada diabetes emotiva”, aseguró Rodríguez Zía, quien ejemplificó: “La experiencia con pacientes demuestra que aunque un diabético no haya comido durante más de 15 horas, puede tener una glucosa en sangre arriba de lo normal por haber pasado una situación de angustia, ira o ansiedad”.

 Esto tiene una explicación hormonal muy clara: cada vez que nos ponemos nerviosos sube un neuroquímico llamado adrenalina, y esta sustancia estimula directamente la glándula suprarrenal aumentando el cortisol. Estas dos sustancias normalmente suben el azúcar en la sangre, sacándola del hígado, y así se producirá un cuadro de hiperglucemia en un diabético.

 “Podemos afirmar que la diabetes 2 se presenta como consecuencia de una alimentación con alto consumo de azúcar. Esto, sumado a elevados niveles de estrés y el desarrollo de obesidad son los principales factores que derivan en el mal funcionamiento del páncreas y su producción de insulina, y en este tipo de diabetes”, destacó la especialista.

 Un proyecto busca modificar la Ley de Protección al Diabético

 La fundación Nueva Asociación de Diabetes (N.A.Dia) le entregó al senador Ernesto Sanz (UCR-Mendoza) las firmas de la campaña para la modificación de la Ley de Protección al Diabético.

 El legislador mendocino aseguró que “en los últimos meses hemos venido trabajando en la elaboración de un proyecto de ley que modifique el marco legal vigente de protección al diabético para que, entre otras cosas, el Estado garantice la producción, distribución y dispensación de los medicamentos y reactivos de diagnóstico para autocontrol a todos los pacientes con diabetes”.

 “La cobertura vigente es muy limitada y está desactualizada”, sentenció Sanz y advirtió que “las acciones del Estado han demostrado ser insuficientes para dar soluciones a millones de argentinos que padecen esta enfermedad crónica”. Por ejemplo, el Programa Médico Obligatorio (PMO) le reconoce a cada paciente con diabetes tipo 1 400 tiras reactivas por año para medir la glucosa en sangre, con un 70% de cobertura, pero, tanto los especialistas como los enfermos diabéticos, coinciden en que se precisan, como mínimo, 2 mil tiras.

 Entre otras cosas, el proyecto busca implementar que el Ministerio de Salud establezca Normas de Provisión de Medicamentos e Insumos, que sean actualizadas cada dos años, para que la cobertura contemple los avances farmacológicos y tecnológicos que apunten a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Asimismo, que la cobertura de los medicamentos y reactivos de diagnóstico para autocontrol de los pacientes con diabetes sea del 100% y en las cantidades necesarias según prescripción médica.

 Otras de las modificaciones que propone la iniciativa requieren que el Ministerio de Salud, como autoridad de aplicación de la ley, lleve adelante campañas de alcance nacional para concientizar a la población sobre la diabetes, así como actividades dirigidas hacia la detección temprana de la enfermedad.

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